Doceavo quehacer
Llega el momento de apoderarnos del inmenso poder que poseemos. Es para eso que la hechicera, que mostró el camino, ahora nos da la calavera, como una brújula que guía y permite que veamos las situaciones de la vida bajo esta nueva y potente luz. Cuando las mujeres comprendemos la valía de este regalo, y nos apartarnos de la dulce bendición de nuestra parte demasiado buena, aprendemos a tolerar cada vez menos que los demás nos dañen. Sabemos esperar y afrontamos las adversidades del exterior con fortaleza, sin temor.
La calavera representa la intuición, no es delicada porque su trabajo es ver sin tapujos. Pero su dureza no daña, al contrario, permite abrir los sentidos ampliamente, es como una presencia que precede en el camino y regresa para comunicarnos qué hay delante.
