Soy mexicano, ubicuo, etéreo, efímero y prosigo. Mi origen es rural, vengo de un ambiente sencillo y pobre, de pobreza económica, y sin embargo he escalado en tal magnitud, que ahora estoy en la boca de todo el que lo desee en cualquier parte del mundo, y hasta me atrevo a decir que soy famoso.
A cristina Loyola, quien es feliz
propiciando que nos demos amor.
Todo empieza con una decisión, que, aunque parece sencilla, no lo es. Lo importante es tomarla. Cuando lo haces, de alguna manera cambias algo significativo en tu vida.
El primer día no es sencillo, el segundo y el tercero, menos, sin embargo, el dolor que te invade al dar el paso, levantarte o bajar escaleras, es diferente al de una enfermedad, un golpe o una caída. Este, es reflejo del trabajo, es un dolor que, de alguna manera te regocija, porque lo sabes resultado de tu disposición a la acción.
En esta ocasión escribiré sobre el texto Pensar por sí mismo, de Sara Rivera, publicado hace unas semanas en este espacio. Es un excelente ensayo, ya que contiene los elementos básicos: tesis, lenguaje científico y a la vez divulgativo, fuentes de sustento y creatividad expresiva. Centraré mi análisis en la tesis y en la creatividad expresiva, y aprovecharé que conozco a la autora para reflexionar un poco en torno a sus motivaciones.